Pushing me Away-Novela

sábado, 21 de noviembre de 2009

"Capitulo 3" @ 13:15

Las cosas con Kevin habían quedado igual a como estaban, seguíamos sin vernos. Y aunque no se lo hiciera ver, estaba muy enojada con él.
En fin, estaba sentada en la computadora. Tenia que hacer algo que me distraiga, no me hacia bien estar pensando todo el día en “la prueba de fuego” que tenia mañana.

-Santiago parece bueno, no se, talvez me de el trabajo.
-Y parece lindo talvez? –Me dijo Amanda
-eh, aaaah, bueno…
-Listo, no hables más Mia, sos demasiado obvia. – Rió
-Es lindo, pero es más grande
-Me dijiste que tiene 30, tampoco es un vejestorio congelado.
Me reí
-Bueno pero seguro tiene mujer, y yo tengo novio
-Si a eso lo podes llamar novio –Dijo Amanda revoleando los ojos.
-Ok ya.
-Algún día te vas a dar cuenta que tengo razón. Por que no lo haces ahora y te ahorras el dolor de los cuernos?
-Kevin no me mete los cuernos.
-Dale amiga, no pasas por la puerta.

Amanda se tiro en la cama muerta de risa, yo me quede mirándola sonriendo, capas tenia razón y yo no le hacia caso. Esa especie de sexto sentido que tiene me da miedo. Igualmente lo que menos me importa ahora es Kevin. Mañana necesitaba la aprobación de Santiago, y eso era lo que realmente me importaba.

Otra vez el despertador sonó con el aburrido “pi-pi” de siempre. Me levanté y como de costumbre Amanda estaba en el baño produciéndose para ir a trabajar. Puede estar horas metida ahí adentro, así que fui al baño de Tony. Me vestí lo más decente que encontré a pesar de los nervios y me fui.
Ni me quise poner a escuchar música, quería llegar, hacer lo que me pidiera y saber rápido si me daban el trabajo o no.
Cuando llegue todo estaba tranquilo, Santiago estaba en la puerta hablando por teléfono, me hizo una seña rara para que me quedara, así que simplemente ni me moví de ahí.

Parecía como si estuviera enojado en fin, corto y se quedo mirándome.
-Muy bien vestida para la primera prueba –Sonrió.
-Me puse lo primero que encontré
-Genial, vamos adentro.
Como podía ser tan serio y tan no se, tan, tan… lindo? A la vez.
-Puede ser tu jefe Mia, puede ser tu jefe. –Pensé.
Deje de pensar en eso, no era el momento adecuado. Entramos y nos sentamos en su oficina, exactamente igual que como había hecho ayer.

-Bien, vamos a ir al juzgado. Quiero que interrogues a algunos acusados.
-Eh pero, ya tan pronto?, pensé que la prueba iba a ser, no se… diferente.
-Tenes capacidades, así que no tengas miedo. Confío en vos.
Que poca gente me había dicho “confió en vos”, supongo que Santiago debe ser el tercero en decírmelo.

-Vamos en mi auto.
-eh… Ok.
Esto empezaba a ponerse incomodo, pero que importaba, ya estaba metida en esto.
Su auto olía casi tan bien como él. Era como estar volando, ese auto no hacia el más mínimo ruido mientras andaba. Hablamos poco, supongo que habrá entendido que los nervios me carcomían la cabeza. Santiago tenía una imagen más de amigo, que de jefe.
En fin, llegamos al juzgado. Estaba lleno de pasillos y habitaciones. Era bastante grande.

-Bueno Mia, este caso es bastante particular. No se si escuchaste o leíste las noticias últimamente.
-Si, de que se trata? –Le dije un tanto asustada y asombrada.
- Robaron un banco. En las noticias dijeron que no habían dejado huellas. Pero resulta que algo se les escapó. Quiero que los interrogues.
La policía encontró a dos hombres de aproximadamente 25 años, pero creen que no son la cabeza del caso. En fin, no te voy a decir que hacer. Simplemente sacales la mayor cantidad de información que puedas. Dudo que sean inocentes, pero si el caso es interesante, talvez lo tomemos.

-Bien.
Ahora si podría decir que tenia miedo. Estaba a punto de entrar a una sala dividida al medio por un panel de vidrio, de un lado los interrogados, y del otro los interrogadores. Santiago entro primero y saludo a alguien, entre despacio detrás de él.

-Buenos días Mia, Yo soy Sam. Detective del caso.
-Mucho gusto.
-Bueno, vas a interrogarlos conmigo te parece bien?
-Por supuesto.
Si, tenía miedo. Y mi cara lo demostraba. Santiago se sentó detrás mió. Simplemente miraba, el no iba a participar.

A los pocos segundos por el otro lado de la habitación entraban dos hombres.
-Ellos son los implicados en el caso, Joseph y Nicholas –Dijo Sam.