Seguí caminando, hasta que vi el nombre en la puerta. Estudio jurídico Martinez. Tome una bocanada de aire, me saque los auriculares, guarde el Iphone y con todo el valor del mundo, entre.

El lugar era espacioso, a los costados había sillones, y gente leyendo revistas. Supuse que esperaban a algún abogado. Parecía una peluquería, pero no le di demasiada importancia. Atrás de la secretaría, que seguramente tendría más de 40 años, había 1 puerta grande, seguramente daba a oficinas de los abogados, no tenia idea.

Me acerque a la secretaria.

-Buenos días.

-Buenos días señorita que desea?

-Vengo por el aviso del diario.

-Muy bien, espera sentada que el director ya te llama para entrevistarte.

-Ok, gracias.

Por un momento me sentí en la secundaria, director?. En fin, tenia que calmarme porque iba a explotar de los nervios, así que me senté, y espere. Solamente tenia que creer en mi.

Espere hasta que la secretaria se acercó a mi, me asuste, porque sin darme cuenta la tenia a dos centímetros de mi cara, diciéndome señorita, venga por aquí.

Cruzamos esa puerta que me tenia tan intrigada, y había un pasillo con más puertas. Nos paramos en la 3 puerta, tenia una chapa que decía Santiago Martinez.

La secretaria golpeo la puerta y un hombre de no más de 30 años abrió. La mujer por arte de magia desapareció.

-Buen día. Por favor entra y sentate. Así hablamos más cómodos.

-Ok.

Cerró y se sentó enfrente mío. Me tenia hipnotizada, era demasiado lindo.

-Muy bien, yo soy Santiago Martinez, usted es?

- Ah si, soy Mia, Mia Stewart.

-Un gusto. Bueno, supongo que vendrás por el trabajo. a decirte la verdad, sos la primera. No hemos tenido mucha suerte con el aviso en el diario.

-Bueno es que, quiero trabajar de lo que me gusta, y de casualidad lo encontré.

-Si, ya poca gente lee el diario, en fin. Charlemos sobre vos.

-Bueno, hace poco termine de estudiar abogacía. Ya tengo mi titulo. Acá lo tengo -abrí mi cartera y saque el papel que más había esperado en toda mi vida, en fin. Era un simple papel.

-Muy bien, y porque crees que serias una buena abogada Mia ? -Dijo mientras miraba mi titulo.

-No lo se, siempre crei que defender a las personas era mi "especie de don", creo ser justa y...

-Pero sabes que a veces no hay que ser justos, simplemente hay que defender. No todo lo que nos toca son causas de las que vamos a estar contentos de defenderlas.

-Si, lo sé.

-Bien. continua.

-Y bueno, creí que hasta que no tuviera algún tipo de experiencia y al ser tan joven, no me iban a tomar en ningún trabajo. Aunque en la facultad haya resuelto algunos casos, eran todos hipotéticos. Jamás uno real.

-Eso tiene explicación Mia. -Me dijo dejando el titulo a un lado y mirándome a los ojos. Sus ojos verdes eran extremadamente llamativos, pero no podía ponerme a pensar en eso ahora, lo tenia que escuchar. Debía escucharlo.

Como ves, si no te molesta voy a tutearte- Dijo rápido.

-Gracias, no soporto hablar de usted, te digo la verdad.

Se rió.

-Bien, Como me ves, soy joven, no tanto como vos, pero lo soy. Tengo 30. Y termine la carrera más o menos a tu edad. Mi papá es contador, así que no me dejo como herencia todo esto, si no, que lo hice yo. Generalmente intentamos tomar casos que sean justos, y no intentamos defender a personas que sabemos que tienen la culpa. Pero cuando las cosas están dudosas, nos tomamos el atrevimiento de arriesgarnos a defender el caso. En fin, todo esto lo hice con mi esfuerzo. Busque a mis compañeros de la universidad, y contacte a los que creí mejores para acompañarme. En este tiempo, que creo que fueron aproximadamente 5 años, hemos resuelto muchos casos satisfactoriamente. Hemos tenido que defender casos injustos, pero fueron los menos, y en si, los terminamos perdiendo.

Tenemos cinco años de experiencia, y estamos tratando de ser mejores cada día. Todos los abogados que estamos aquí somos jóvenes, así que por eso no tenes que preocuparte.

-Un peso menos -Me reí

- Ok, Mia. Estas a prueba por una semana, si me podes demostrar que sos buena, te quedas. Pero si llegan otros que quieren el puesto y son mejores, entenderás que no podemos tomarte. Así que hace tu mayor esfuerzo para demostrarme que sos la mejor abogada de la ciudad y te doy el trabajo, una oficina, y una placa - Rió.

-Muchas gracias Santiago. Puedo demostrarte que soy buena.

-Confió en vos. -Me dijo esbozando una enorme sonrisa, que termino por encandilarme.

Me fui con una sonrisa en la cara de lado a lado. No podia creer que estaba a un paso de.. de..

No podía ni pensarlo, mi sueño se cumplía, el sueño de toda mi vida, ejercer como abogada.

Lo único que tenia que hacer era no tener miedo, confiar en que yo puedo hacerlo, y que puedo demostrarle que soy la mejor abogada.

Lo único que me falta es tener un poco de confianza, y querer confiar en mi, porque puedo hacerlo.

Salí del estudio sacando mi Iphone de nuevo, me puse los auriculares y seguí escuchando la canción de demi, por donde la había dejado antes de entrar.